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Lesiones musculares

Todos sabemos lo importante que es mantener nuestra actividad física durante estos días de confinamiento, pero debemos seguir unas pautas de seguridad si queremos realizar nuestra actividad deportiva sin consecuencias negativas para nuestro sistema músculo-esquelético.

Vamos a ver los principales tipos de lesiones musculares, , su fisiopatología, sus síntomas, sus signos clínicos, causas, así como sus tratamientos y, lo que es más importante, su prevención …

Vamos a aprender a identificar una lesión y poder actuar en consecuencia, para así, estar advertidos y poder prevenirlas en futuras ocasiones.

Fisiopatología

Las lesiones musculares son frecuentes en cualquier actividad deportiva. Dependiendo de los autores, se habla del 30 al 60 % de las lesiones relacionadas con ella. Sin embrago, su localización o su gravedad van a depender de forma muy clara del tipo de intensidad de su práctica.

Existen diferentes factores predisponentes que favorecen la aparición de la lesión muscular. Distinguimos dos grandes grupos:

1. Independientes de la lesión particular

  • INTRÍNSECOS AL DEPORTISTA. Edad, sexo, composición corporal, estado nutricional, estrés…
  • INTRÍNSECOS AL MÚSCULO LESIONADO. Lesión previa y/o rehabilitación inadecuada, déficit propioceptivo, déficit de fuerza, desequilibrio muscular, laxitud ligamentosa, déficit de movilidad y/o flexibilidad articular, déficit de elasticidad, cicatrices locales
  • EXTRÍNSECOS AL DEPORTISTA. Equipamiento deportivo, terreno de juego, temperatura y humedad ambiental, momento de la temporada.

2. En relación con la lesión particular

  • Gesto desencadenante
  • Relación o no con oponente
  • Situación de juego
  • Biomecánica del segmento afectado

(Modificada del modelo de Meeuwisse WH (1994) y Balius R (2013)

Las lesiones musculares se pueden clasificar de diferentes formas, todas ellas complementarias, de manera que el conocimiento en conjunto de cada uno de los tipos a los que pertenece una lesión nos permitirá abordar su tratamiento de forma más precisa.

Tratamiento de la lesión muscular

La toma de antiinflamatorios no esteroideos NO ESTA RECOMENDADA en las lesiones musculares y tendinosas durante los primeros días, pues retrasa la fase inflamatoria (inhibiendo interleuquinas) necesaria para una adecuada regeneración muscular y la llegada de las prostaglandinas inflamatorias necesarias para los cambios requeridos en el inicio de la fase de regeneración, por lo que su uso no debe exceder de una dosis ocasional si el dolor o la inflamación son suficientemente importantes.

Los analgésicos son útiles con el control del dolor, pero un uso indiscriminado puede llevar a confusión en el control de la evolución.

Y los miorrelajantes solo tendrían indicación en los cuadros de lesión de contractura, lesión neuromuscular de origen espinal o muscular.

Existen otros tratamientos, como los antifibróticos, la hiperbaria o las infiltraciones locales de corticoides, plasma rico en plaquetas o células madre.

El tratamiento de la lesión muscular desde el punto de vista de la fisioterapia se va a diferencias según el tipo de lesión que encontremos.

La evolución de la lesión muscular pasa por tres periodos fundamentales:

  • Fase de destrucción: se produce tras la rotura de las fibras con necrosis celular, formación de hematoma y reacción inflamatoria (24 a 48 horas)
  • Fase de reparación: reabsorción del tejido necrótico, regeneración de las miofibrillas y del tejido conjuntivo, junto a nuevos vasos capilares (3º a 15º día)
  • Fase de remodelación: reorganización del tejido y maduración de las miofibrillas para la recuperación de la capacidad contráctil, evitando la formación de tejido cicatricial fibroso (3ª a 6ª semana)

Actualmente, gracias a las técnicas de imagen que permiten una buena visualización de la estructura muscular, podemos obtener un diagnóstico más seguro. Principalmente se utilizarán la ecografía y la resonancia magnética.


Principales lesiones musculares

Describirnos de forma básica las características de los diferentes tipos de lesiones musculares, sus síntomas, causas, tratamiento y prevención

1. Contusión muscular

Traumatismo directo muscular causado por una fuerza externa que produce un hematoma difuso o localizado con dolor e impotencia funcional.

CAUSAS: Traumatismo directo

SÍNTOMAS: El traumatismo produce dolor muscular leve que se agrava progresivamente en relación con la cuantía del hematoma. La persona puede definir claramente el mecanismo lesional. Dolor al movilizar el músculo, con disminución del rango de movilidad, edema sensibilidad a la palpación dependiendo de la severidad del impacto

TRATAMIENTO:

  • Aplicación de frío local 10 minutos cada 3 horas
  • Vendaje compresivo
  • Aplicación de crema con árnica o heparina 2 veces al día, dejando la aplicación nocturna en forma de emplasto:
    • Colocar crema de forma generosa sin reabsorber sobre la zona dañada y envolver con film transparente. (asegurarse que es crema y no gel) y sujetar con venda suave. Retirar en un máximo de 8 horas.
  • No realizar masajes sobre la zona hasta las 72 horas y siempre alrededor de la lesión y realizado por un fisioterapeuta.

2. Calambre muscular

Es la repentina contracción dolorosa de un músculo y la incapacidad para relajarlo. La diferencia con la contractura es la duración, que en el calambre es ocasional y la contractura es más duradera

CAUSAS: Esfuerzo intenso y prolongado. Frío o calor excesivos, o cambios bruscos de temperatura. Déficit de potasio, calcio o magnesio.

SÍNTOMAS: Dolor un intenso y localizado en un músculo, también tensión, el músculo se pone duro “como una piedra”. Mientras no ceda suele ser muy difícil o doloroso continuar con la actividad deportiva o caminar.

TRATAMIENTO: En el momento de sufrirlo lo mejor es cesar en la actividad, aunque el propio dolor te obligará a ello. Relajar el músculo, refrescarlo usando agua fría si es preciso, realizar un masaje suave sobre la zona y, cuando vaya soltándose, hacer estiramientos suaves. Beber alguna bebida isotónica para reponer las pérdidas. Si son persistentes hay que consultar con un especialista, por si existen carencias de minerales y/o vitaminas.

PREVENCIÓN: Aunque es difícil prevenirlos es adecuado realizar un buen calentamiento y sobre todo estar bien hidratado.

3. Contractura muscular

Aumento circunscrito del tono muscular, en general de carácter persistente e involuntario, localizado al o largo de un músculo debido a sobreesfuerzo, cambio en la superficie de trabajo o en el patrón de movimiento. Podemos distinguir tres tipos de contracturas:

  • Contractura fisiológica:  Son las más frecuentes. Producida en un músculo con trabajo superior al que está capacitado: posiciones estáticas mantenidas, sobreesfuerzos puntuales, movimientos repetitivos o estiramiento excesivo
  • Contracturas posturales: Son aquellas que se crean tras la adopción de una postura incorrecta durante un tiempo determinado. Mas habituales en personas sedentarias por musculatura debilitada.
  • Contracturas en defensa. Se originan cuando existe una lesión primaria y como consecuencia de ésta, la musculatura adyacente aumenta su actividad, produciéndose una contractura en defensa o siendo el propio músculo dañado el que crea una contractura con el fin de no agravar más la sesión primaria. SINTOMAS: Rigidez dolorosa del músculo que se incrementa con la actividad mantenida. Puede producir dolor en reposo y se produce durante o después del ejercicio.

CAUSAS: Fatiga muscular ocasionada por un trabajo intenso. Existencia de una lesión primaria. Mala postura. Incorrecta alimentación o hidratación.

SÍNTOMAS: dolor leve a moderado y constante en los músculos afectados, con aumento localiza del tono muscular y que la persona define como tirantez, cordón o bola. Puede calmarse el dolor, pero no cede totalmente.

TRATAMIENTO:

  • Disminución de la intensidad del ejercicio físico y/o reposo relativo según la intensidad de la contractura.
  • Calor seco suave de 15 a 20 minutos, con efecto relajante y analgésico cada 3 horas.
  • Estiramiento suave hasta el punto de dolor
  • Masajes de descarga, realizados por un fisioterapeuta.
  • En el caso de las contracturas posturales es indispensable corrección del hábito que las produjo.

PREVENCIÓN:

  • CALENTAMIENTO adecuado previo a la actividad física, realizando ejercicios de movilidad y flexibilidad articular.
  • Estiramiento muscular posterior a la actividad física.
  • Control de la progresión de cargas en la actividad física, evitando los ejercicios bruscos o intensos sin preparación.
  • Aplicación de crema de calor previa al ejercicio
  • Evitar las posturas mantenidas en la vida cotidiana, la actividad laboral o la práctica deportiva. Un factor de riesgo será la postura, como la torsión del tronco levantando un peso, hiperextensión de la espalda (alcance por encima de los hombros), flexión sostenida, transporte de un peso con un solo brazo.
  • Control de las situaciones de estrés.
  • Realizar actividad física de forma regular limitando el sedentarismo
  • Manipulación correcta de las cargas.

4. DOMS o El Dolor Muscular Tardío (DOMS: Delayed onset muscle soreness) agujetas

Dolor muscular generalizado que se produce tras la realización de un trabajo no habitual, generalmente excéntrico y de alta intensidad. Existe la creencia popular de que las agujetas provienen de la acumulación de cristales de ácido láctico, que quedan entre las fibras musculares produciendo el referido dolor, como de “agujas”. Eso NO es así ya que el ácido láctico no se acumula en ningún sito porque se reutiliza rápidamente por todos los tejidos corporales (Drobnik, F.2000)

CAUSAS: Haber ejercitado un músculo por encima del nivel de esfuerzo al que está acostumbrado, o al volver al entrenamiento tras un periodo sin ejercitarse.

SÍNTOMAS: dolor muscular moderado que aparece horas después de la práctica deportiva y que se mantiene en reposo. Edema y rigidez muscular. Limitación del rango articular. Dolor a la contracción isométrica. Mejora con el estiramiento

TRATAMIENTO: Es un cuadro de sobrecarga muscular difusa sin lesión estructural objetiva, responde de forma claramente satisfactoria al uso de baños de agua helada en las primeras horas de su aparición y posterior al trabajo de estiramiento, movilidad activa suave progresiva y masaje de drenaje hasta su desaparición en un tiempo máximo de 5 a 7 días.

El azúcar disuelto en agua o las pastillas de glucosa no sirven para nada, ni como tratamiento ni como prevención.

PREVENCIÓN: Evitar que las primeras sesiones de entrenamiento sean muy intensas. En general evitar los aumentos bruscos de intensidad del ejercicio, estés en forma o no. El calentamiento no tiene efecto de cara a evitarlas o disminuirlas.

5. Lesión neuromuscular de origen espinal

Aumento circunscrito del tono muscular debido a alteraciones funcionales o estructurales de la columna o área lumbopélvica que producen irritación de la raíz nerviosa correspondiente (protusiones o hernias discales, espondilolisis con o sin espondilolistesis, síndrome facetario, bloqueos sacroilíacos…) y por tanto, en la musculatura a distancia, generalmente isquiosurales o triceps sural.

CAUSAS: hernias, protusiones…etc

SINTOMAS: Tirantez dolorosa del músculo, que se incrementa con la actividad progresiva y que desaparece con el reposo. Incremento del tono muscular de carácter longitudinal. Discreto edema muscular entre el músculo y la fascia. Dolor a la presión con sensibilidad en la piel y defensa muscular al estiramiento.

TRATAMIENTO: Fisioterapia, ejercicio terapéutico, osteopatía,

PREVENCIÓN: correcta postura para trabajos de esfuerzo, ergonomía en el trabajo, ejercicio físico

6. Lesión neuromuscular de origen muscular

Aumento circunscrito del tono muscular producido por disfunción del control neuromuscular o inhibición recíproca

(Inhibición reciproca describe un arco reflejo polisináptico en el que medían las células de los husos musculares.

Cuando un músculo agonista se contrae, la “interacción reciproca” inhibe simultáneamente al músculo antagonista. Esto permite que ocurra el movimiento alrededor de una articulación. De tal forma que, si este arco reflejo no funcionara bien, los músculos se encontrarían compitiendo entre sí, y por lo tanto el movimiento se vería dificultado o comprometido; es decir que, sin la inervación reciproca sería imposible la actividad muscular coordinada.

Un ejemplo de “inhibición reciproca” en la articulación de la rodilla es: cuando se contrae el músculo cuádriceps, simultáneamente se inhiben los isquiotibiales de forma recíproca, lo cual permite extender la rodilla.)

SÍNTOMAS: aumento progresivo de la rigidez y tensión muscular. Dolor de tipo calambre. Dolor localizado y edema muscular con dolor a la presión y que mejora con el estiramiento.

TRATAMIENTO: Fisioterapia, ejercicio terapéutico, osteopatía, control motor

PREVENCIÓN: correcta postura para trabajos de esfuerzo, ergonomía en el trabajo, ejercicio físico

7. Rotura fibrilar

Rotura fibrilar leve o de grado 0

Rotura fibrilar con desgarro inferior al diámetro de un fascículo muscular. Las microrroturas apenas son apreciables, aunque a veces el deportista puede agravarla al seguir con su actividad. Algunos autores la denominan tirón o elongación. Aparece un dolor tipo “pinchazo” localizado y bien definido. El dolor se agrava con el estiramiento

Rotura fibrilar de 1º grado

Rotura fibrilar superior al grosor de un fascículo. Hay rotura de algunas microfibrillas musculares. Existe dolor que aumenta al cesar la actividad, aunque a veces el deportista puede andar y apoyar sin molestias, puede aparecer hematoma e inflamación.

Rotura fibrilar de 2º grado

Aumenta el número de fibras afectadas con el respecto al 1º grado. La movilidad se reduce e incluso se vuelve limitada, también existe inflamación y un posible hematoma importante. Hay dolor muy intenso a la palpación, pero puede ser que no aparezca al caminar.

Rotura fibrilar de 3º grado

Rotura completa del músculo o de la unión músculo-tendinosa (avulsión tendinosa). Dolor muy intenso e impotencia funcional. La persona nota claramente el chasquido con inicio inmediato de dolor localizado y se cae.

CAUSAS: Contracción muscular violenta. Descompensación de fuerza de dos músculos (uno más débil que otro). Falta de calentamiento pre-ejercicio correcto. Fatiga excesiva producida en las fibras musculares. Lesión previa. Impacto o colisión violenta.

SÍNTOMAS: Además de un dolor repentino, agudo e intenso, en la zona afectada al uso del músculo, podemos palpar un “escalón” que es el defecto fibrilar en el lugar donde se ha producido la rotura. Puede aparecer hematoma por rotura de vasos sanguíneos.

TRATAMIENTO

Como norma general se realizará reposo de 3 a 10 días, según gravedad.

Grado 1: Durante la fase aguda 24/48h frio local 10 minutos cada 3 horas, vendaje compresivo (este no debe exceder las 48h.), evitar los masajes profundos, analgésicos. En la Fase regenerativa 3 a 15 días movilidad pasiva y activa de baja intensidad, fisioterapia analgésica, estiramiento hasta el punto de dolor, ejercicios isométricos, masaje de descarga alrededor de la zona. Y durante la fase de remodelación, movilidad articular, trabajo muscular excéntrico, ejercicios de refuerzo muscular y coordinación de dificultad creciente.

Grado 2: Reposo total al menos una semana. Aplicación de frio local las primeras 24/48 horas tres veces al día y NUNCA CALOR NI MAJASE hasta los 4-5 días. Fisioterapia analgésica, no realizar trabajos intensos hasta al menos pasadas 2 semanas.

Grado 3: Igual que en grado 2, pero reposo de 15 a 21 días y tratamiento médico, quirúrgico y fisioterapéutico

En todos los grados, ya en la fase de remodelación será de vital importancia realizar una readaptación deportiva para completar exitosamente la rehabilitación, con ejercicio terapéutico y control motor aplicado por un profesional.

En todas las lesiones musculares será importante realizar una valoración clínica y exploración, y para ello será de gran importancia conocer los detalles del momento y circunstancias de la lesión y el tiempo que ha pasado desde la misma, así como los síntomas y signos, ya explicados, pues nos permitirá acercarnos con mayor exactitud al alcance real de la lesión.

Tanto para el tratamiento como para la prevención, también será de importancia llevar una alimentación sana y equilibrada, así como una correcta hidratación, controlar los estados de estrés y realizar un correcto descanso, y como no, evitar el sedentarismo.

Para cualquier duda, contacta con nuestros fisioterapeutas de Clínica Atlas.

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