El punto gatillo miofascial (PGM) es un nódulo hipersensible dentro de una banda tensa que se puede palpar en el músculo esquelético. El punto gatillo se diferencia de la contractura en que esta última se genera por un exceso de trabajo en donde el músculo, en todo su recorrido, se encuentra retraído de forma constante.
La sintomatología que produce el punto gatillo es:
– Dolor a la compresión o contracción del tejido en un punto muy concreto.
– Dolor referido (en una zona alejada a donde estás presionando el punto gatillo).
– Hipersensibilidad (dolor ante estímulos de baja intensidad) y disfunción motora.
Las causas son diversas, entre ellas se encuentra el sobreuso de una determinada musculatura, la mala higiene postural y los factores psicosomáticos (estrés, alteraciones emocionales, etc.), así como disfunciones articulares.
El tratamiento de esta situación clínica se puede abordar de diferente forma:
– Tratamiento conservador: mediante técnicas manuales donde se presiona, de forma específica, el punto gatillo hasta que aparezca la sintomatología. A continuación se realizan movilizaciones de la región tratada.
– Tratamiento invasivo: a través de la punción seca de los puntos gatillo. Se realiza con aguja, pero no se infiltra ningún tipo de sustancia o medicamento dentro del cuerpo del paciente. El objetivo de la punción es causar un espasmo local. Una vez aplicada esta técnica, el sistema nervioso central realiza una regeneración del tejido dañado, consecuencia de ello, el músculo se relaja y desaparece la sintomatología.
En Clínica Atlas ofrecemos la combinación de ambos tratamientos, con el fin de obtener resultados eficaces y que disminuyan el dolor del paciente en el menor tiempo posible. Para aclarar cualquier duda sobe estas técnicas, no dude en ponerse en contacto con nuestras fisioterapeutas.